

El reciente fallo de la Corte Constitucional que protege los derechos de las personas cuidadoras en Colombia marca un precedente histórico. Por primera vez, se reconoce de forma explícita que el cuidado es un asunto de interés público y un derecho fundamental que el Estado debe garantizar.
La Corte revisó la tutela interpuesta por una madre que solicitaba apoyo de su EPS para el cuidado permanente de su hijo con discapacidad, y recordó que las labores de cuidado no pueden sobrepasar las capacidades físicas, económicas o emocionales de las familias, ni convertirse en una carga que vulnere los derechos de las mujeres cuidadoras. Este pronunciamiento no solo ampara el caso individual, sino que visibiliza una realidad que por siglos ha recaído en los hombros de las mujeres: el trabajo de cuidado no remunerado.
En su decisión, la Corte fue enfática al señalar que “el Estado debe adoptar medidas que dignifiquen todas las formas de cuidado y garantizar que quienes cuidan puedan ejercer también sus propios derechos, incluyendo el acceso al trabajo, al descanso, a la salud y a la seguridad social”. Este reconocimiento se suma a lo establecido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que ha declarado el cuidado como un “derecho autónomo”, indispensable para la vida en sociedad y para la garantía de la dignidad humana.

En Bogotá, este llamado de la justicia ya tiene una respuesta concreta. Desde 2020, la ciudad cuenta con el Sistema Distrital de Cuidado, una política pública pionera en América Latina que reconoce, redistribuye y reduce los trabajos de cuidado no remunerado. Coordinado por la Secretaría Distrital de la Mujer e implementado con la articulación de 25 entidades del Distrito, el Sistema ha consolidado una red de Manzanas del Cuidado, así como otros modelos de atención como los Cuidados Itinerantes, los Buses del Cuidado y los Cuidados Comunitarios, para llevar sus servicios a todos los territorios de la ciudad.
Desde su puesta en marcha en 2020 hasta la fecha, el Sistema ha brindado más de 6,7 millones de atenciones a mujeres y personas cuidadoras, ofreciendo formación, bienestar físico y emocional, acompañamiento psicosocial y jurídico, lavanderías comunitarias y actividades recreativas y culturales. Gracias a estos servicios gratuitos, miles de mujeres en Bogotá han podido tener tiempo propio, fortalecer sus proyectos de vida y recuperar su bienestar.
La Secretaria Distrital de la Mujer, Laura Tami Leal, destacó que el fallo de la Corte “ratifica lo que Bogotá ya viene implementando desde hace cinco años: que el cuidado es un derecho y una responsabilidad colectiva. Las mujeres no deben seguir asumiendo solas esta carga, y el Estado tiene el deber de acompañarlas y reconocer su labor”.

¡En Bogotá, cuidamos a las que nos cuidan!