En el corazón de la Manzana del Cuidado de Ciudad Bolívar - Manitas, el tiempo adquiere una dimensión diferente. No se mide en horas, sino en la calidad de vida que se recupera. Adriana Prieto Rodríguez, estilista y cuidadora de su mamá y sus sobrinos, lo sabe mejor que nadie. Su día solía ser una carrera contra el reloj, una realidad que comparten miles de mujeres en Bogotá, donde el 58% tienen dificultades para acceder a actividades de bienestar, recreación o cultura por falta de tiempo.
“Me tenía que levantar más o menos a las 4 de la mañana para poder distribuir bien la preparación de las comidas, que es lo que más me quita tiempo. No soy muy ágil en la cocina y tenía que preparar almuerzo para los niños y mi mamá. Entonces, si tenía que hacer alguna diligencia, salía en las mañanas y todo era corriendo, tenía que dejar a mi mamá encerrada y eso era muy complicado”, recuerda.
Pero hace dos años, cuando empezó a asistir a la Manzana del Cuidado, su vida cambió y recuperó el control de su tiempo. “Ahora puedo levantarme a las 6:30 de la mañana. Sí, claro, tengo que correr, pero no de la manera que corría antes. Ahora tengo más tiempo para mí y puedo distribuirlo mejor. Me dan la facilidad de sacar las citas médicas para mi mamá, y de tener más tiempo de calidad con ella. Y de tener a los niños en la tarde en el Arte de Cuidarte, una guardería que me los cuida mientras mi mamá y yo estudiamos. De verdad que eso le sube a uno mucho la autoestima”, afirma sonriente.
Para Adriana, el impacto más profundo de esta política se ve en la relación con su madre, Carmen Rodríguez Soacha, quien tiene una discapacidad auditiva. Juntas, iniciaron clases en el grupo de danzas, pero la gran ilusión llegó cuando Carmen le propuso estudiar el bachillerato. Hoy cursan juntas décimo grado. Este regreso a las aulas lo viven como un acto de crecimiento personal y la oportunidad de tener tiempo de calidad juntas.
El apoyo de las profesionales de la Secretaría Distrital de la Mujer ha sido clave en este proceso. Adriana explica con gratitud que, a pesar de la discapacidad auditiva de su mamá, los profesores la incluyen y tienen la paciencia para explicar con cariño y consideración.
En la Manzana, las diferencias de edad no existen. En su salón hay compañeras de 21 años y su mamá, que cumplió 70, lo que demuestra cómo este espacio integra a todas las generaciones. Este ambiente revitalizador le ha devuelto el entusiasmo a Carmen, quien ahora va a la Manzana con mucha frecuencia. “Por ella, iría todos los días, así no tenga clase. Solo por hacer ejercicio o para ver a otras mujeres montar bicicleta. Eso la hace feliz", comenta Adriana.
Su experiencia es un ejemplo de por qué Bogotá fue elegida por la Red Mundial de Gobiernos Locales y Regionales por el Tiempo como la primera Capital Mundial de las Políticas del Tiempo para el período 2025-2026. Esta distinción reconoce a la ciudad por su trabajo sostenido para garantizar el derecho de las mujeres a tener tiempo para sí mismas.
Las Manzanas del Cuidado y demás modelos de operación del Sistema Distrital de Cuidado son un referente internacional de cómo una política pública puede abordar la pobreza de tiempo de las mujeres.
¡En Bogotá, cuidamos a las que nos cuidan!